13 diciembre 2006

RESEÑA: STARDUST, DE NEIL GAIMAN



Reseña del libro STARDUST, del autor más conocido por el mundo del cómic, Neil Gaiman



Gaiman, a pesar de su incursión en otros géneros, como la novela y el cine (es guionista de "Mirror Mask", película dirigida por su compañero en los cómics Dave Mackean, ilustrador) se le conoce sobre todo por los cómics ; y más concretamente, por "SANDMAN". Sin embargo, tiene ya varias novelas y colecciones de relatos publicadas, premiadas en varias ocasiones. Incluso "American Gods" ganó los premios Hugo y Nébula 2002, los máximo galardones de la Ciencia Ficción y fantasía.

A Gaiman se le ha achacado que, a pesar de sus múltiples incursiones en la narrativa, sigue siendo un autor de cómics, y que utiliza demasiado a menudo el lenguaje de éste, diferente al de las novelas. Pero hoy en día, las fronteras entre diferentes medios son ya prácticamente inexistentes. Así, tenemos a Brad Meltzer, afamado novelista, escribiendo cómics para DC Cómics; a Orson Scot Card, el conocido escritor de Ciencia Ficción y Fantasía, elaborando la serie de "Ultimate Iron Man", para Marvel; a Tad Williams, escritor de fantasía, en la serie de Aquaman, de DC, a Allan Heimberg, guionista de televisión, en DC y Marvel; a J.M. Straczinsky, guionista de TV y Cine, creador de "Babylon 5", triunfando en Marvel cómics con "Spiderman", "4 Fantásticos", etc.

Así que, ¿porqué Gaiman no puede lanzarse a la creación de novelas y relatos?.
Pues lo hizo, y además con éxito, como hemos comentado en cuanto a premios. Y, ¿qué nos podemos encontrar en STARDUST?: Fantasía. Ni más ni menos. Pero de la de toda la vida, nada de dragonadas, ni reinos olvidados, ni señor de los anillos. Un viaje a través del país mágico de Faerie.

Un viaje iniciático, el del joven Tristran desde su pueblo de Muro, al interior del Reino Mágico, en busca de una estrella fugaz caída para ofrecérsela a su amor.

Tristran es un hijo de un humano de Muro, y una habitante de Faerie, concebido en el mercado que se celebra cada nueve años en la mágica tierra, un mercado que esperan con expectación los humanos, y que es la única vez que se entremezclan con los seres del otro lado.Pero al contrario de otras novelas donde aparecen “semis” (elfos, dioses, etc), aquí no es nada peyorativo, ni malo, ni nada por el estilo. Simplemente es algo diferente a las gentes del gris poblacho donde vive, pero no mucho más que cualquier jovenzuelo del mismo. Incluso sus “males de amores” son de lo más prosaico. Por eso mismo, no duda en ofrecer cualquier cosa a su amada por un simple beso.
Y aquí es donde empieza su historia, en pos de una estrella caída al otro lado del muro de piedra que delimita el mágico mundo de Faerie.
Una vez decidido, empezará lo que será un viaje iniciático durante el cual madurará, conocerá gentes y seres de todas las clases y posiciones, encontrará el verdadero amor, así como su verdadero destino.


Gaiman nos lleva de viaje con el joven Tristran a través de un mundo mágico de barcos voladores, grandes reinos, seres fantásticos, brujería, amor, traición, etc. A veces, parece que a Gaiman se le escapa un poco la historia de las manos, y en el desarrollo del relato aparecen personajes “salvadores”, pertenecientes a una “Cofradía del Castillo” que no llega a desarrollarse en ningún momento, en su lucha contra las “sombras“, que tampoco parecen acabar de desarrollarse del todo; porque el papel de Tristran en ese asunto es secundario, simplemente está en medio de algo más grande, por lo que parece extraño que precisamente sea a él al que ayuden, cuando sólo está ahí por casualidad. Vamos, que parece un asunto a desarrollar más profundamente, pero que el autor sólo cita alguna vez de pasada.Mezcla varios hilos argumentales el autor, algunos de los cuales parecen en principio que difícilmente van a confluir.

Por sí solos, cada uno daría para una novela, o para una serie de novelas. Hay autores que escribirían varias muchologías con algunas de las ideas expuestas en este libro. Pero parece que a Neil Gaiman no le interesa esto, sino solamente contarnos lo que desea.Al ser autor de cómics, el lenguaje es más fluído de lo que cabría esperar, y no se pierde en descripciones innecesarias, ni cuenta más de lo que hay que contar.


El final, cuando llega, parece que va a ser un poco forzado, demasiado típico; pero aquí Gaiman, hábilmente, da un giro a la historia y la aleja de convencionalismos.

No satisfecho con ello, cuando creemos que, a pesar de todo, va a ser un final tópico, vuelve a forzar la tuerca, y da un nuevo gira. Y a la tercera va la vencida, y ya tenemos el final que ansiábamos.


En resumen, un bonito cuento de hadas, para todas las edades. No es que sea juvenil y por eso los adultos lo puedan leer, sino que su imaginación no conoce de edades, sólo de imaginación y fantasía.

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