15 diciembre 2006


RESEÑA DE "PREMIO UPC 2005"



He leído varios tomos de Premios UPC, y reconozco que la media suele ser muy buena.
Evidentemente, hay unos mejores que otros, y dentro de un mismo año, relatos mejores y relatos más mediocres. Pero en esto siempre pasa lo mismo; todo es subjetivo, a cada uno nos gustará más una cosa que otra, y nadie tenemos el mismo gusto. Y cuando se trata de concursos, con jurado y todo, la cosa se agudiza aún más, y siempre sale a colación si es más o menos justo, si son realmente los mejores, etc. Y aún se agudiza más cuando de relatos se trata, puesto que un volumen de relatos siempre hay mejores y menos buenos. Y, además, si son de diferentes autores … en fin, sabéis por donde voy, ¿no?.


En el caso que nos ocupa, debo decir que es uno de los más irregulares de los que he leído, y no de los de mejor nivel. De los seleccionados, no concuerdo con el orden de los premiados, y no llegan a cumplir con las expectativas con las que encaré el libro.


Empecemos, siguiendo el orden de los premios.
En primer lugar , el relato ganador, “Buceo en los Restos del Naufragio”, de Kristine K. Rusch, de Estados Unidos. Describe los problemas y peligros de un equipo de recuperadores de viejas naves espaciales. Bueno, le encuentro varios problemas. En primer lugar, un tema ya algo manido, tanto en exploración espacial, como en aguas oceánicas, con el que se compara el buceo espacial. Además, la misión no está claramente definida, y en ciertos momentos parecen piratas, en otros recuperadores, en otros simplemente aficionados… Otra pega que le encuentro es que los personajes no están, tampoco, nada definidos. Cambian, sin una razón de peso, de unas páginas a otras. Quiero decir que sí hay razones, pero tal y como se definen en primera instancia, es muy raro esos cambios que se producen páginas después; sucesos por los que ya han pasado una y otra vez, y por lo que han sido escogidos, aquí hacen que cambien totalmente de registro. Ya digo que no me parece que esos sucesos sean lo suficiente como para cambios tan drásticos, a tenor de lo acontecido en el relato. Por todo eso, el interés de la historia va decayendo, y no llegas a creerte en ningún momento el desarrollo de los acontecimientos, las relaciones de los personajes, ni la manera de actuar frente a los problemas (alguno prefiere la posibilidad de una catástrofe, que la posible solución a otra …). Acabas porque son relatos cortos, pero no le encuentras interés más que al principio … hasta que empiezan a desarrollarse los hechos.


En segundo lugar, la mención especial para el relato “Semiótica Para los Lobos”, del cubano Vladimir Hernández. Cyberpunk.
Y eso me plantea una pregunta: ¿cuántos relatos sobre Inteligencias Artificiales que adquieren consciencia y suponen un peligro, real o temido, para la humanidad se pueden escribir?. Bueno, el caso es que Vladimir sale bastante bien parado. Aún así, hay momentos de gran pesadez, pasajes que podrían suprimirse en bien del conjunto, o simplemente en beneficio del lector. Porque, por ejemplo, todo el principio del relato sólo sirve para explicar cierto asunto al final, y darle ambientación al relato. Pero creemos que se podría haber hecho de otra forma, integrando esa ambientación en concreto dentro del cuerpo del relato, y habiendo explicado ese punto que comento de manera más resumida, más directa. Otro punto en contra- para mí- es que constantemente estás pensando: Matrix; Johnny Nemonic; Neuromante …- Ya digo, ¿cuánto de sí más puede dar el cyberpunk?.
El cuerpo del relato es interesante, te van dando una serie de datos y se van sucediendo una serie de escenas realmente buenas. Pero de repente te encuentras con largas y farragosas explicaciones, que a veces ni llegas a entender. Y es una verdadera pena, porque las escenas en el Infoverso, y las de persecuciones están muy bien llevadas, así como las que involucran al Grupo contra los delitos Informáticos. Pero lo lastra esas escenas explicativas, y un final que se nos antoja algo precipitado, en relación con el resto del relato. Aún así, si no te lías en las partes explicativas, y no estás continuamente pensando en otros relatos cyberpunks, te deja un buen regusto.


Pasamos ahora la mención UPC, ex-aequo para los españoles Eugeni Guillem y Albert Solanes.
El primero de ellos, Eugeni Guillem, participa con el relato “Óbolo”, en el que se describe un mundo-juego en la hiperrealidad. El protagonista debe entrar en ese juego de Realidad Virtual tras los pasos de un Informático perdido en esa realidad. Al mismo tiempo, en la realidad ¿normal?, la policía investiga la desaparición del cuerpo de ese mismo informático. Se mezcla aquí la fantasía del mundo por el que transita el protagonista, con la ciencia ficción de las realidades virtuales. En la parte de la RV, el juego es conquistar nuevos territorios. El protagonista encontrará aliados, enemigos, traición … todo lo típico en las novelas de aventuras. Y, en la parte real, la investigación policial nos deparará sorpresas en varios sentidos. Un relato bien llevado, tanto en la parte de fantasía (a veces casi un juego de rol), como en el mundo real. Sin embargo, a veces en ambos territorios la redacción se torna algo confusa, y encontramos algún fallo en cuanto a la elección de términos, usando a veces diferentes palabras que no son sinónimos para un mismo concepto, como si no se tuviese muy claro cuál es la correcta, y se optase por ambas. Además, el final lo encuentro un poco confuso. Igual es culpa mía, pero después de releerlo varias veces, aún no acabo de entenderlo. Quitando esto, es un buen relato, las partes que lo conforman se acoplan bastante bien - aunque como digo, haya algún pasaje confuso-, y es entretenido.


En cuanto al otro relato, “PIC”, de Albert Solanes, decir que se trata de una visión apocalíptica y desesperanzada del fin de la humanidad. Las personas disponen de Procesadores Intra Craneales, que potencian el rendimiento del cerebro humano. A la vez, la sempiterna Inteligencia Artificial que ha adquirido consciencia y se torna peligrosa para la raza humana. Por todo eso, a veces parece que estemos leyendo una novela cyberpunk, mezclada con otras estilo “Soy Leyenda“, o similares.
El relato, como he dicho al principio- que es una de las cosas sobre el relato que se adelantan en la misma contraportada, por lo que no destriparé más de lo que ya se hace ahí- trata sobre el fin de la humanidad. Es un relato duro, triste, sin concesiones. El autor sabe llevarnos muy bien por esas ciudades desoladas, derruidas.
Nos retrata los escasos restos de una humanidad con sus miserias, sus miedos, sus (des)esperanzas. Y nos narra la odisea vital del protagonista, que en medio de todo el caos, intenta salvar a su esposa moribunda. El final es duro, triste, desgarrador. Asimismo, cuando creíamos que estábamos leyendo algo como Soy Leyenda, o Terminator, el final dá un giro inesperado, sorprendente, que hace que nos replanteemos lo leído … aunque se hayan ido dejando pistas.
Un muy buen relato, cuyo final salva de ser la típica historia de final apocalíptico- ya sea por enfermedades, guerras, por IA desbocadas, etc - al dar ese giro ya comentado.


A todo esto, se suma la conferencia dada por la escritora invitada, Elizabeth Moon, que prácticamente nos cuenta algo de su vida. Irrelevante, sin más.

Y al final, la historia de los premios UPC, con sus ganadores de cada año. Interesante, sino fuera porque se repite año tras año, con la natural inclusión del año en curso, claro está. En resumen, un -para mí- discreto volumen en el que me cuestiono el orden de los premios, incluso si alguno de los relatos merecería estar donde está. En fin, como ya digo, es un concurso, y hay que aceptarlo.
(comentario aparecido en el Portal
Tierras de Acero).
J.Javier Arnau

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